Desde una mirada general, las teorías del envejecimiento ofrecen aportes valiosos para entender este proceso desde diferentes ángulos. Las teorías biológicas explican el deterioro físico desde lo genético y celular; las psicológicas analizan los cambios emocionales y cognitivos, y las sociológicas consideran el impacto del entorno y las relaciones sociales. Sin embargo, cada enfoque tiene sus límites: las biológicas suelen dejar de lado lo emocional y social, las psicológicas pueden no considerar el contexto externo, y las sociológicas tienden a generalizar sin atender las diferencias individuales. Por eso, creo que lo más adecuado es una visión interdisciplinaria que integre todos estos aspectos para comprender mejor las necesidades de las personas mayores.