Desde mi punto de vista, la ética y la moral, aunque son conceptos distintos, están estrechamente vinculados, ya que ambos juegan un papel esencial en la vida en sociedad. La moral está conformada por los valores, costumbres y principios que cada persona adopta a lo largo de su vida, influenciada por su entorno social, cultural y familiar. En cambio, la ética se encarga de analizar y reflexionar de manera crítica sobre esas normas morales, ayudándonos a distinguir entre lo correcto e incorrecto. Ambas nos permiten actuar con responsabilidad y coherencia, ya que las reglas y normas sociales sirven como guía para tomar decisiones conscientes y justas, tanto en nuestra vida personal como en nuestra futura práctica profesional.