Los límites de la práctica clínica en fisioterapia están definidos por normas legales, éticas que orientan el actuar del fisioterapeuta. El fisioterapeuta debe intervenir únicamente dentro de su campo de competencia, su intervención debe estar respaldada por evidencia científica y ajustarse a principios como la confidencialidad, el consentimiento informado y el respeto por la autonomía del paciente.
En el sistema de salud, el fisioterapeuta necesita una derivación médica para iniciar el tratamiento, especialmente en casos clínicos, debe trabajar en conjunto con otros profesionales de la salud, sin reemplazar sus funciones, lo que favorece una atención integral.
Además, factores como la disponibilidad de recursos, equipos e infraestructura pueden condicionar el tipo de intervención que se puede aplicar. El fisioterapeuta debe reconocer hasta dónde llega su capacidad de actuación, intervenir sin la formación necesaria pone en riesgo la seguridad del paciente. Respetar estos límites fortalece una práctica responsable, ética y centrada en la calidad del servicio.
Asimismo, es importante que el fisioterapeuta mantenga una actualización continua para no limitar su ejercicio por falta de conocimientos, e incumplimiento de estos principios puede generar consecuencias legales y éticas.