1. Sustento teórico

Desde la teoría de la esfera pública de Habermas (1989), la democracia se concibe como un espacio de diálogo racional donde los ciudadanos pueden formar una opinión pública informada. Donde la comunicación política es el medio por el cual se articula y difunde la información necesaria para este debate. 

En la actualidad con el avance de la tecnología las teorías de la agenda-setting (McCombs & Shaw, 1972) y el framing (Entman, 1993) nos ayudan a entender cómo los mensajes políticos son construidos y cómo influyen en la percepción pública. 

2. Sustento propio

Considero que la comunicación política no se limita a la transmisión de información, sino que implica la creación de un espacio para el debate informado y la deliberación ciudadana. Dando lugar a que exista un proceso comunicativo efectivo donde los ciudadanos para comprendan las diferentes perspectivas, evalúen las propuestas políticas y tomen decisiones conscientes. 

3. Aplicación de la materia

 El análisis de esta información  nos permite entender cómo los gobiernos buscan informar y legitimar sus acciones, un aspecto relevante para la rendición de cuentas en una democracia. Ya que, comprender estos procesos desde la perspectiva de la comunicación política nos brinda herramientas para analizar críticamente el funcionamiento de los sistemas democráticos.

4. Estudio de caso

Un claro ejemplo es el manejo de la información durante la pandemia de COVID-19 en el mundo.  Puesto que, los gobiernos y las organizaciones de salud tuvieron la responsabilidad de comunicar información crucial sobre la enfermedad, las medidas de prevención y los programas de vacunación. 

 Sin embargo, en su mayoría se observó la difusión de desinformación y teorías conspirativas a través de redes sociales, lo que desafió la comunicación y generó confusión en la población. Este caso demuestra cómo la comunicación política, tanto efectiva como inefectiva, tiene consecuencias en el funcionamiento de una sociedad democrática.