Daniel Noboa representa una especie de continuidad , pero con su propio estilo .representa una especie de continuidad, pero con su propio estilo. Es joven, técnico y le gusta proyectar una imagen de eficiencia. Ha tomado decisiones fuertes, algunas necesarias, otras bastante polémicas. El caso del ingreso a la embajada de México dejó una sensación incómoda: por un lado, se mostró firme, pero por otro, puso en jaque la imagen del país a nivel internacional. En el fondo, da la sensación de que quiere resultados rápidos, incluso si eso significa saltarse algunas formas. Muchos valoran eso: la acción sin tanto discurso. Pero otros se preguntan si el costo de esa rapidez es demasiado alto.

Luisa González , en cambio, propone una vuelta a lo social, a lo cercano, a esa idea de que el Estado tiene que estar presente cuando la gente más lo necesita. Habla de salud y educación para todos, de impuestos más justos, de redistribuir oportunidades. Sus propuestas tienen un tono más humano, más dirigido a quienes sienten que han sido olvidados. Pero no es posible ignorar que su figura está muy ligada a Rafael Correa. Y ahí se abre una gran brecha: para unos, eso es sinónimo de estabilidad y bienestar; para otros, de autoritarismo y división.