La bioética y la deontología son dos disciplinas éticas fundamentales en el ámbito de la salud. La bioética se enfoca en resolver dilemas éticos relacionados con la vida, la salud y la tecnología médica, basándose en principios como la autonomía, la beneficencia, la no maleficencia y la justicia. Estos principios guían la toma de decisiones en temas complejos como el uso de células madre o el final de la vida.

Por su parte, la deontología establece normas éticas específicas que rigen el comportamiento profesional, asegurando el bienestar del paciente, la confidencialidad y la integridad profesional. Aunque la bioética tiene un enfoque más filosófico, la deontología proporciona reglas prácticas para el ejercicio profesional, como se refleja en los códigos deontológicos.

En lugar de ser áreas separadas, la bioética y la deontología trabajan juntas para promover una práctica ética. La bioética ofrece un marco filosófico para abordar dilemas complejos, mientras que la deontología proporciona directrices concretas para la acción profesional. Ambas comparten el objetivo de proteger al paciente y garantizar una conducta ética en la práctica profesional. Su integración es crucial para enfrentar los desafíos éticos en la atención médica.