En mi opinión, la imagen sugiere un equilibrio entre el pasado y el presente como base para construir un futuro mejor, donde las nuevas tecnologías pueden ser aliadas del desarrollo humano, pero nunca deben reemplazar nuestra humanidad, nuestros vínculos ni nuestras raíces. En este sentido, la fotografía en cuestión funge como un recordatorio que, aunque el mundo avanza y las tecnologías evolucionan constantemente, nuestra esencia cultural no debe quedar en el olvido, sino más bien ser rescatada y valorada.
No se trata de elegir entre lo tradicional y lo moderno, sino de reconocer que el verdadero cambio social ocurre cuando las nuevas tecnológicas se ponen al servicio de los pueblos, integrando la innovación sin sacrificar la esencia de quienes somos. Al respecto, la imagen sugiere, además, que no debemos perder nuestras tradiciones; más bien, es posible mantener viva la cultura ecuatoriana a través de la tecnología.
No se trata de elegir entre lo tradicional y lo moderno, sino de reconocer que el verdadero cambio social ocurre cuando las nuevas tecnológicas se ponen al servicio de los pueblos, integrando la innovación sin sacrificar la esencia de quienes somos. Al respecto, la imagen sugiere, además, que no debemos perder nuestras tradiciones; más bien, es posible mantener viva la cultura ecuatoriana a través de la tecnología.