Es un proceso integral y estratégico que consiste en la planificación, organización, dirección y control de los recursos financieros de una empresa o institución, con el objetivo de optimizar su uso, garantizar la rentabilidad y mantener un equilibrio entre liquidez, solvencia y crecimiento sostenible.
Esta disciplina no se limita únicamente al manejo del dinero en caja o a la contabilidad básica, sino que abarca decisiones clave relacionadas con la obtención de financiamiento (capital propio o ajeno), la inversión en activos productivos, la administración del capital de trabajo, el análisis de riesgos financieros y la generación de valor económico para los propietarios o accionistas.
La gestión financiera busca responder preguntas esenciales como: ¿de dónde provienen los recursos?, ¿en qué se deben invertir?, ¿cuánto cuesta el capital?, ¿qué nivel de endeudamiento es óptimo?, y ¿cómo se garantiza la rentabilidad sin comprometer la estabilidad futura?
Además, desempeña un papel crucial en la toma de decisiones a nivel gerencial, ya que proporciona información financiera relevante, confiable y oportuna para evaluar el desempeño económico de la organización y diseñar estrategias que permitan enfrentar con éxito un entorno cambiante y competitivo.
En resumen, una buena gestión financiera no solo cuida el presente económico de la empresa, sino que traza el camino hacia un futuro más rentable, sólido y sostenible.