La película ofrece una perspectiva profunda sobre el rol del periodismo en la revelación del caso Watergate, destacando cómo el trabajo de investigación de dos reporteros del Washington Post , Bob Woodward y Carl Bernstein, resultó esencial para destapar una red de corrupción en el más alto nivel del gobierno de EE.UU. El caso marcó un hecho histórico en el periodismo, de la misma forma que evidenció la fragilidad de la democracia cuando los mecanismos de control se corrompen.
Lo que más me impactó fue que la persistencia, el escepticismo y la verificación estricta de fuentes permitieron revelar la verdad en un contexto donde el poder intentaba silenciar a la prensa. Destacando la tensión constante entre el deber profesional y los riesgos personales, lo que me llega a preguntarme: ¿Hasta dónde debe llegar un periodista en busca de la verdad arriesgando su vida? Además, que nos obliga a reflexionar sobre el papel de la prensa como contrapeso frente al poder político.
Este caso demuestra que la ética, tanto en el periodismo como en la política, es esencial para sostener la confianza del pueblo. En un contexto actual donde la desinformación abunda y los escándalos políticos siguen ocurriendo, este caso nos recuerda la importancia de una prensa libre, crítica y comprometida con la verdad, sin dejarse llevar por el poder o la ambición.