1. El lenguaje es un medio poderoso de comunicación social, sin este, la vida, sería imposible e impensable.
Desde mi punto de vista, el lenguaje no es solo un medio de comunicación, es la base sobre la que construimos todo lo que somos. Es el puente entre nuestras ideas y el mundo, entre una emoción y el consuelo, entre el saber y la enseñanza. Sin lenguaje no existiría el diálogo, la ciencia, ni la empatía. Sería como vivir con la mente llena, pero sin forma de sacar nada. Así como el cuerpo necesita oxígeno, la vida en sociedad necesita palabras. El lenguaje nos hace humanos, nos permite comprender, crear y avanzar. Sin él, simplemente no podríamos existir como comunidad ni como individuos conscientes. Por eso debemos pensar antes de hablar, porque cada palabra tiene el poder de construir o destruir.


2. Escuchar con atención, hablar correctamente, escribir con propiedad, son condiciones básicas de todo hombre culto para la convivencia social.
A mi parecer, estas tres acciones reflejan algo más que educación: revelan respeto por el otro. Escuchar con atención significa valorar lo que el otro dice, hablar correctamente es construir entendimiento, y escribir con propiedad es dejar huella clara y digna de confianza. No se trata de sonar perfecto, sino de ser responsables con lo que comunicamos. En una sociedad que convive y trabaja junta, estas cualidades no son opcionales, son esenciales. La cultura no está solo en lo que sabemos, sino en cómo lo compartimos. Y quien domina el lenguaje con respeto, también cultiva la convivencia con dignidad.