En mi opinión, los delitos informáticos representan una problemática creciente y de gran relevancia ya que implican el uso indebido de sistemas informáticos, redes y tecnologías digitales con el fin de causar daño, obtener beneficios ilícitos o vulnerar derechos fundamentales como la privacidad y la integridad de la información. Además, estos delitos afectan tanto a individuos como a organizaciones lo que genera pérdidas económicas, afecta la confianza y pone en riesgo la seguridad de datos.