Considero que estudiar la cátedra de Geriatría es una gran oportunidad para comprender y abordar los desafíos que enfrenta la población adulta mayor, integrando tanto el lado científico como la sensibilidad humana que esta etapa de la vida demanda. Por medio de su estudio, no solo adquiriremos conocimientos esenciales sobre la fisiología del envejecimiento, las patologías crónicas y los principios de farmacología geriátrica, sino que también desarrollaremos habilidades prácticas para realizar evaluaciones integrales a nuestros pacientes. Como estudiante de medicina me invita a cultivar el lado humano de la medicina: la empatía para acompañar en la vulnerabilidad, la comunicación asertiva con pacientes y familias, y la reflexión ética sobre la dignidad en la vejez.