El Aprendizaje Basado en Juegos es importante en la didáctica de las matemáticas infantiles por varias razones:
Fomenta la motivación y el interés: Los juegos captan la atención de los niños y los motivan a participar activamente en las actividades matemáticas, convirtiendo el aprendizaje en una experiencia lúdica y significativa.
Desarrolla el pensamiento lógico y la resolución de problemas: A través del juego, los niños enfrentan desafíos que les permiten razonar, tomar decisiones, y buscar soluciones, habilidades esenciales en el aprendizaje matemático.
Promueve el aprendizaje activo y la construcción del conocimiento: Los niños aprenden haciendo, explorando y experimentando, lo que facilita la comprensión de conceptos abstractos de forma concreta y manipulativa.
Favorece la colaboración y la socialización: Muchos juegos matemáticos se desarrollan en grupo, lo que estimula el trabajo en equipo, la comunicación y el respeto por las reglas y turnos.
Permite la evaluación formativa y continua: Mientras juegan, los docentes pueden observar el nivel de comprensión, las estrategias utilizadas y las dificultades que enfrentan los niños, lo que permite ajustar la enseñanza según sus necesidades.
Fomenta la motivación y el interés: Los juegos captan la atención de los niños y los motivan a participar activamente en las actividades matemáticas, convirtiendo el aprendizaje en una experiencia lúdica y significativa.
Desarrolla el pensamiento lógico y la resolución de problemas: A través del juego, los niños enfrentan desafíos que les permiten razonar, tomar decisiones, y buscar soluciones, habilidades esenciales en el aprendizaje matemático.
Promueve el aprendizaje activo y la construcción del conocimiento: Los niños aprenden haciendo, explorando y experimentando, lo que facilita la comprensión de conceptos abstractos de forma concreta y manipulativa.
Favorece la colaboración y la socialización: Muchos juegos matemáticos se desarrollan en grupo, lo que estimula el trabajo en equipo, la comunicación y el respeto por las reglas y turnos.
Permite la evaluación formativa y continua: Mientras juegan, los docentes pueden observar el nivel de comprensión, las estrategias utilizadas y las dificultades que enfrentan los niños, lo que permite ajustar la enseñanza según sus necesidades.