Un diálogo intercultural de saberes ancestrales implica el intercambio de conocimientos y prácticas de diferentes culturas, especialmente aquellas que han sido transmitidas a lo largo de generaciones. Este diálogo es esencial, ya que les permite comprender y respetar las tradiciones de salud de diversas comunidades. A través de este enfoque, se fomenta una atención más holística y culturalmente competente. Además, se promueve la colaboración entre la medicina tradicional y la moderna, enriqueciendo así la práctica profesional.